El ser diagnosticado con Diabetes en general representa un duro golpe al estado de ánimo de cualquier paciente. La incertidumbre de lo que sucederá ahora; el miedo a las consecuencias que podría traer la diabetes; estrés por no saber cómo afrontar la situación; y depresión al creer que su vida ya no volverá a ser igual a partir de ese momento.
Y precisamente, para evitar que todas esas emociones negativas afecten el buen control de la Diabetes, es que incluir alguna terapia psicológica como apoyo para su tratamiento puede resultar fundamental.
Hoy es un día normal, te levantas más temprano de lo habitual ya que debes pasar al laboratorio a recoger unos análisis que creías eran sólo de rutina. Por tanto no te preocupa abrirlos una vez que los tienes ya que en la tarda verás a tu médico para tu revisión periódica y piensas que como siempre te dirá: “Parece que todo está perfecto, goza usted de una estupenda salud”.
Llegas al consultorio. Entregas tus estudios al médico y sonríes seguro de su respuesta. Pero notas que esta vez está tardando un poco más de lo usual en responder y coloca su mano en la barbilla. Tú sonrisa comienza a dejar de ser de seguridad para transformarse en nerviosa. Al fin tú médico habla: “Tiene el nivel de glucosa peligrosamente alto, será mejor que hagamos otros estudios y empecemos a atender la situación”.
Saliendo del consultorio el primer pensamiento que te llega es: “Esto no me puede pasar a mí”. Después de realizarte una serie de estudios el diagnóstico está confirmado: Padeces Diabetes.
Entonces toda una serie de preguntas te nublan la mente: ¿Qué pasará? ¿Cómo cambiará mi vida? ¿Moriré? y es que conoces tantas historias de gente con Diabetes que falleció o terminaron sin una pierna o ciegos, que no puedes sacarte de la cabeza las consecuencias que pudiera tener, a pesar de que sabes que hoy en día hay muchos más métodos para controlarla que en la época de tus padres o abuelos.
Todo esto te lo digo para que notes como el simple diagnóstico de Diabetes puede alterar por completo la mente del paciente y llevarlo por muchos estados emocionales.
Según un estudio llevado a cabo por la Federación de Diabéticos Españoles junto a el Consejo General de Colegios y la Fundación AstraZeneca donde se entrevistaron a pacientes con Diabetes el estado emocional más habitual tras el diagnóstico es la incertidumbre o el miedo con un 34%, a este le siguen:
En primer lugar una terapia psicológica ayudaría al paciente en el proceso de aceptación del padecimiento para que pueda apegarse al tratamiento de forma temprana.
¿Cuántas personas conoces que, a pesar de ser diabéticos, siguen tomando su Coca Cola diaria? Y simplemente dicen: “No pasa nada” o tú ¿Cuántas veces lo has hecho?
En segundo lugar, la Psicología debe actuar sobre el control de los estados emocionales para evitar que interfieran en la gestión de la Diabetes, especialmente el estrés y la depresión (Ve más sobre el efecto del estrés en los diabéticos), muy comunes en etapas más avanzadas del padecimiento.
También debe servir para mejorar la comunicación del paciente con sus amigos y familiares para reforzar la conciencia de como apoyarlo para superar su situación.
Hay que recordar que la Diabetes es un padecimiento prácticamente autogestionable, es decir, su control depende casi al 100% del paciente. Sin embargo, cuando alguno o varios de estos estados emocionales se presentan puede ocasionar desmotivación para seguir las pautas correctas. Ahí es cuando la intervención de un psicólogo y de las personas cercanas serán de gran ayuda.
Y precisamente, para evitar que todas esas emociones negativas afecten el buen control de la Diabetes, es que incluir alguna terapia psicológica como apoyo para su tratamiento puede resultar fundamental.
¿Cómo beneficia incluir una terapia psicológica en el tratamiento de la Diabetes?
Hoy es un día normal, te levantas más temprano de lo habitual ya que debes pasar al laboratorio a recoger unos análisis que creías eran sólo de rutina. Por tanto no te preocupa abrirlos una vez que los tienes ya que en la tarda verás a tu médico para tu revisión periódica y piensas que como siempre te dirá: “Parece que todo está perfecto, goza usted de una estupenda salud”.
Llegas al consultorio. Entregas tus estudios al médico y sonríes seguro de su respuesta. Pero notas que esta vez está tardando un poco más de lo usual en responder y coloca su mano en la barbilla. Tú sonrisa comienza a dejar de ser de seguridad para transformarse en nerviosa. Al fin tú médico habla: “Tiene el nivel de glucosa peligrosamente alto, será mejor que hagamos otros estudios y empecemos a atender la situación”.
Saliendo del consultorio el primer pensamiento que te llega es: “Esto no me puede pasar a mí”. Después de realizarte una serie de estudios el diagnóstico está confirmado: Padeces Diabetes.
Entonces toda una serie de preguntas te nublan la mente: ¿Qué pasará? ¿Cómo cambiará mi vida? ¿Moriré? y es que conoces tantas historias de gente con Diabetes que falleció o terminaron sin una pierna o ciegos, que no puedes sacarte de la cabeza las consecuencias que pudiera tener, a pesar de que sabes que hoy en día hay muchos más métodos para controlarla que en la época de tus padres o abuelos.
Todo esto te lo digo para que notes como el simple diagnóstico de Diabetes puede alterar por completo la mente del paciente y llevarlo por muchos estados emocionales.
Según un estudio llevado a cabo por la Federación de Diabéticos Españoles junto a el Consejo General de Colegios y la Fundación AstraZeneca donde se entrevistaron a pacientes con Diabetes el estado emocional más habitual tras el diagnóstico es la incertidumbre o el miedo con un 34%, a este le siguen:
- Ansiedad y enojo con 30,5%
- Estrés con 28,5%
- y depresión con 18,5%.
En primer lugar una terapia psicológica ayudaría al paciente en el proceso de aceptación del padecimiento para que pueda apegarse al tratamiento de forma temprana.
¿Cuántas personas conoces que, a pesar de ser diabéticos, siguen tomando su Coca Cola diaria? Y simplemente dicen: “No pasa nada” o tú ¿Cuántas veces lo has hecho?
En segundo lugar, la Psicología debe actuar sobre el control de los estados emocionales para evitar que interfieran en la gestión de la Diabetes, especialmente el estrés y la depresión (Ve más sobre el efecto del estrés en los diabéticos), muy comunes en etapas más avanzadas del padecimiento.
También debe servir para mejorar la comunicación del paciente con sus amigos y familiares para reforzar la conciencia de como apoyarlo para superar su situación.
Hay que recordar que la Diabetes es un padecimiento prácticamente autogestionable, es decir, su control depende casi al 100% del paciente. Sin embargo, cuando alguno o varios de estos estados emocionales se presentan puede ocasionar desmotivación para seguir las pautas correctas. Ahí es cuando la intervención de un psicólogo y de las personas cercanas serán de gran ayuda.
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