El ser diagnosticado con Diabetes en general representa un duro golpe al estado de ánimo de cualquier paciente. La incertidumbre de lo que sucederá ahora; el miedo a las consecuencias que podría traer la diabetes; estrés por no saber cómo afrontar la situación; y depresión al creer que su vida ya no volverá a ser igual a partir de ese momento.
Y precisamente, para evitar que todas esas emociones negativas afecten el buen control de la Diabetes, es que incluir alguna terapia psicológica como apoyo para su tratamiento puede resultar fundamental.
Y precisamente, para evitar que todas esas emociones negativas afecten el buen control de la Diabetes, es que incluir alguna terapia psicológica como apoyo para su tratamiento puede resultar fundamental.